Asuntos Pendientes [Priv Viktor, Miwa.]

Un hombre de negocios normalmente siempre andaba en busca de como hacer prosperar su trabajo, especialmente cuando se trataba de un proyecto de unión entre dos grandes familias de Mafiosos. A decir verdad, Ruka no era de aquellos hombres que le interesaba modificar el nombre de Ndrangheta, mucho menos perjudicar lo que llevaba entre manos hacía mucho tiempo atrás; pero claramente veía prometedor los beneficios que Hikawa estaba a punto de brindarle a causa de una lealtad de su parte. Oportunidades como esas no se podían ignorar, mucho menos cuando el beneficio sería suyo. ¿Egoísta?, posiblemente, aunque prefería llamarse con otros términos que en este pensamiento no serían mencionados.

Como lo mencionó en una breve charla con el albino de extraña mirada, y un instinto que le hacía verse como una entidad claramente compulsiva con sus deberes cotidianos, le comentó a su compañero de negocios lo que tenía en mente con ese científico, posiblemente sería de gran ayuda para su organización, y de ese modo para sus propias ambiciones. Dando el numero del propio, mencionó que no lo llamase, este se encargaría de hacerlo por una interfase privada al teléfono celular que dejaría en su escritorio para cuando regresara casa, hablaran y arreglaron un encuentro en un sitio privado. Sin mas que decir, esa tarde se dio una ducha en la espera del azabache y su decisión.

Se recargo en el sillón viendo un poco de televisión con la presencia de un pequeño amigo que a pesar de tener no más de seis meses ya no era un cachorro que podía cargar entre sus manos, a pesar de que para alguien como él no resultaba ser un peso muerto; el cachorro de tigre descansaba a su lado en el sofá de la sala de estar. Cómodo, relajado, la vida a veces podía ser de esa forma hasta que nuevamente los asuntos que se referían al dinero, contactos, y una mano de obra furtiva se ponían delante. Por ahora, solo iba a estirar los pies sobre la mesa ratona de enfrente y la espalda en el mullido respaldo del sillón, cerrando brevemente sus orbes azules, escuchando la voz del noticiero informativo. Otra muerte, un nuevo asesinato… Ya nada era nuevo en esos días.

Domingo 18.30 hs – casa de Viktor

Lo que le sorprendió es que todavía estaba emocionado y recordaba que había hablado con ese reptil tan fascinante. Al sacarse su galera había visto la tarjeta que aun tenia la esencia de esa criatura .Si cerraba los ojos podía recordar las facciones ajenas. Parecía serio, le agradaba. Se preguntaba si sus escamas serian de los colores tradicionales. Ah quería una escama para examinarla con el microscopio de barrido.

La alarma del celular lo saco de sus pensamientos y le recordó que debían alimentarse así que se dirigió a la cocina con paso tranquilo. Saco los ingredientes y se dedico a hacer química práctica. Cuando termino de alimentarse, le dio de comer a  sus adoradas mascotas.
Estaba muy contento que conseguía un nuevo trabajo. Por las dudas anoto un recordatorio en su celular y alisto sus mascotas para dormir. Luego de terminar se baño y se fue a dormir con una sonrisa en el rostro

-1 er mensaje- Lunes 05.45 am
[Hola buenas jefe, como esta? Ah que hermoso dia- mumuro al mensaje – me debe decir si algunos de los laboratorios tiene una ventana o que le llegue luz natural por qué margarita necesita luz-]

Explico con naturalidad y observo la maceta en donde estaba su hermosa planta carnívora devorando una babosa. No podía dejarla atrás o se deprimiría. Iría al nuevo trabajo también.
El cambio en la dieta de insectos la ponía feliz y sus hojas salían de un verde mas vivido. En poco tiempo amanecería.
Muchas pocas que hacer poco tiempo. Necesitaba ketamina y sogas


-2 mensaje- Lunes 07.33 am
[Sabe que es muy difícil conseguir cobayas? Necesito que estén sanos, y algunos enfermos. Ah sí puede hay que sacarle las cuerdas vocales me molesta que griten]
-tercer mensaje- lunes 19.01 pm
[Se escucha sonidos de gritos de dolor y una respiración agitada por detrás. Un minuto después se escucha la voz de Viktor –sabe las sogas deben ser de más de cinco centímetros de grosor, es bueno que lo sepa-]
Ese día había necesitado
-cuarto mensaje-  Lunes 23.54 am
[Es muy poco espacio un minuto para dejar un mensaje, no puedo decir todo lo que tengo que decir, mire ahí va a sonar el pitido de finalización del mensaje]
-quinto mensaje- lunes 23.55 am
[Y se adelanto dos segundos con tres decimas de segundo deberá de re calibrar el teléfono-]


Martes 02.03 am
Estaba en su nuevo proyecto. Hacer que el cianuro no tuviera olor a almendras. Podría generar la variedad sin olor, no le demoraría mucho.  Era refinar el compuesto militar que habían generado para la segunda guerra mundial. Era cuestión de agregar tres compuesto y listo. Pero hacer una variedad de cianuro que sea soluble en agua y tenga gusto a fresa? Eso sí que era un desafío

Para su investigación había recolectado fresa en todas e sus variedades. Desde silvestres, hasta cultivadas en granja y muestras de jarabes con sabor a fresa. Y colorantes de comida rojo. Había sido una investigación muy divertida. Quien sabía que había tantos procesos químicos para darle sabor a la comida?

Entonces recordó que no había preguntado sobre la comida en su nuevo trabajo. Sería que podía llevar una lonchera? Más bien para sus mascotas, el usualmente no tenía hambre.


-sexto mensaje- martes 03.03 am
[Le gustan los huevos? puedo llevar de codorniz. Y tiene ollas de barro?]

Luego de dos horas de experimentación, tenía su cianuro color carmín con un agradable sabor a fresa. Un cliente estaría muy satisfecho. La ciencia volvía a triunfar. Feliz acomodo su nuevo tesoro y organizo su laboratorio para tomar el teléfono y revisar la agenda. No tenía nada pendiente. Qué suerte. Quizás fuera a dormir antes de entrar a la farmacia


-séptimo mensaje- martes 12.08 pm
[Las batas deben ser color blanco y los guantes tamaño ocho. Si son los que son de color celeste mejor. ]
-8 mensaje- martes 17.15 pm
[Me pueden dar una pistola? Siempre quise aprender a disparar. Pone la música de misión imposible de fondo]
-9 mensaje- martes 17.28 pm
[Me tengo que vestir de negro o con un smoking como las películas de james bond?]
Nota mental: ir a comprar ropa de color oscura y de cuero

-10 mensaje-  martes 21.20 pm
[Quiere leer los avances que hice de genética molecular? Envié varios papers a la revista nature bajo un seudónimo. Este es... me olvide el pseudónimo pero los trabajos eran lindos]
-mensaje 11- martes 22.10 pm
[Tiene una dieta rica en calcio? A veces a los reptiles les puede fallar y eso hace más quebradizas las escamas. Necesito la muestra de sangre, le puedo preparar un coctel de vitaminas a medida]
-mensaje 12- martes 23.00 pm
[Me avisara cuando todo esté listo verdad? espero que su contestadora de teléfono este funcionando.  Aun no he recibido información del laboratorio. Será subterráneo  con iluminación tenue?]

Deprimido se fue a acostar. Su jefe no contestaba los mensajes. No tenía un nuevo trabajo y Albert estaba de mal humor por que estaba cambiando las escamas. Hasta lo había querido morder. Su bebe que lo había tenido desde que había salido del huevo, se revelaba contra su madre.

En ningún momento no se le ocurrió pensar en cómo reaccionaría una persona normal si tenía 28 mensajes en el contestador del teléfono

Se había adentrado en la sala tras un largo trabajo en japón, había vuelto a la casa de Ruka, donde todo estaba tal cual había sido ordenado por él la última vez, pudo ver su cabellera sobre el sofá y supo de inmediato que se encontraba casi dormitando, se encaminó a donde había dejado su móvil de Londres, después de todo, recibía tantas llamadas y mensajes que había sido claro que para descansar solo un poco de los llamados londinenses, había dejado el móvil en la casa del contrario apagado para no molestarlo.

Al momento en que se encendió la luz de la pantalla y finalmente el sistema había comenzado a andar, ocurrió lo inevitable, comenzó a vibrar locamente en su mano decepcionando todos los mensajes y llamados perdidos que podía haber, alrededor de 200 llamados, 500 mensajes y 42 correos era lo que pudo apreciar de buenas a primeras más solo lo dejó en su bolsillo, puesto que saludaría primero al hombre con el que últimamente compartía casi todo. Sus manos se posaron en los hombros de este, masajeando los músculos tensos de su cuerpo, donde precisamente sabía que se acumulaban las tensiones en el mayor y como buen japonés, hacía sonar sus huesos para después dejarlo en una relajación total que seguramente el contrario sabía apreciar—Ya estoy en casa, Ruka, los negocios salieron excelentes, la transferencia ya está en tu cuenta…

Comentó con voz suave, era una tensión menor para el rubio seguramente saber que ya había solucionado uno de los problemas relacionados con el financiamiento de un importante proyecto que ya tenían en mente desde hacía algún tiempo. En ese momento, mientras que con una mano revisaba los mensajes y con la otra, seguía masajeando con maestría el cuello ajeno, pudo leer varios mensajes de un mismo sujeto de número desconocido, solo pudo reír suavemente, vaya sujeto más interesante. Con una sola mano de inmediato comenzó a contestar, lentamente los mensajes, puesto que con una sola mano era un poco más difícil escribir en un android tan grande como el que tenía.

—Buenas tardes, me encuentro bien, gracias. Todos los laboratorios tienen luz natural, no creo que margarita tenga dificultades. Por las cobayas no te preocupes, animal que necesites lo conseguimos—solo pudo reír al escuchar los gritos de fondo, vaya loco, le agradaba, aunque realmente se notaba su desvarío, no le molestaba su ansiedad, sólo continuó respondiendo los mensajes en uno solo—bueno, ya puedo ver como las compro. Los huevos no me son tan apetecibles, pero si gustas en la cocina agregamos una olla de barro, las batas y los guantes ya hay en los laboratorios, puede es escoger el color que gustes, están disponibles, para aprender a disparar deberás hablar con mi jefe de seguridad, más en el laboratorio no se puede portar armas, no queremos que se arruine ningún cultivo o proyecto en un accidente. Para las reuniones por supuesto que debe ir vestido con formalidad, tenemos un protocolo estricto en algunas cosas. Me pasaré a ver qué fue lo escrito por usted en la revista. Como bastante bien, por lo menos mis escamas no son del todo normales, son de cristal, si gustas en el laboratorio hay una en la sección de análisis, te enviaré un boleto de avión así puedas partir este viernes, estás contratado. Supongo que Ruka fue quien te dio mi contacto, es el único que lo tiene y seguro eres londinense, mañana jueves a las 6 tengo un espacio, nos reuniremos a esa hora para conversar un poco antes de que conozcas la instalación real. Te esperó en el siguiente café, mesa 21, al hombre de la puerta solo dile “Hikawa”.

Fue todo lo que contestó a los mensajes en un texto largo, dejando su celular caer en la mesita al lado del sofá para pasar al otro lado y sentarse junto al rubio y apoyarse en su costado, estaba también un poco cansado y la reunión con el contrario sería mañana a las 6, seguro con todo el trabajo, pasaría muy rápido todo—¿Te sientes más relajado?—.

A decir verdad no había sentido la necesidad de recostarse en el sofá, mucho menos quedarse dormido pero parecía que en un parpadeo todo se oscurecía con una naturalidad que el de cabellos rubios simplemente no comprendía al momento de despertar, sorprendido de haberlo hecho. Solo esperaba que ese tipo de cosas no sucedieran realmente cuando se encontraba ocupado en la oficina en la espera de alguna reunión en los salones de la industria, tanto por las mañanas o las noches, incluso cuando viajaba a horarios descabellados de un punto del país al otro, incluso fuera de su estancia temporal en Londres. Intuía que su cuerpo conocía cuando y sabía aprovecharlo, como en la comodidad de su sofá en su casa permanente, escuchando el suave murmullo de la televisión al mismo tiempo que el delicado ronroneo de un Ligre dormitando.

Ni siquiera se percató de que el azabache había ingresado a las instalaciones de la vivienda, dejado sus pertenencias hasta que una de sus manos comenzaron a provocar suaves contorsiones en sus músculos, siendo guiado en movimientos circulares del cuello a los hombros con esas manos cálida, y una noticia que claramente a meritaba un masaje, tal vez no solo para él, sino para el contrario que hasta el momento se había ocupado de tal forma que la carga se volvía menor. No abrió los ojos, solo se quedo en silencio, respirando con calma, escuchando el tecleteo de sus dedos sobre la pantalla a medida que continuaba el efecto de relajación. Al acabar, suspiro, ladeando la mirada al cachorro de seis meses abrir sus fauces en un bostezo lleno de pereza, mostrando aquellos colmillos afilados antes de acercarse una vez más a su mano para pasar su cabeza el hocico por el brazo en busca de una caricia.

— Buen chico. — dijo simplemente sonriendo de lado, le fascinaban los felinos más que a nada en el mundo, se podría decir que eran una de sus debilidades que pocos conocían, y demostraba, aunque tampoco tenía inconvenientes de mencionarlo, pero era poco normal que los temas se fueron de las ramas para llegar a tal punto. — Deberías de ir al baño y darte una ducha. Relajarte en el hidromasaje unos momentos hasta que esté la cena, a menos que ya hayas cenado. — diálogo con el azabache, retirando su mirada del animal al reloj del televisor. Algo tarde, pasando la medianoche pero no había problemas siempre y cuando pidieran algo, o cocinan por su cuenta.

¿Ruka en la cocina?, eso era algo bueno de ver.

— Aquel sujeto, ¿llamó?. Se veía realmente interesado en el proyecto que menciona aunque en realidad no mencione para que podíamos necesitarlo. Supongo que te ha enviado sus condiciones si continúa con la idea de trabajar para tu organización. Se veía interesante, a pesar de no conocer su historial. Tal vez alguien que viva entre las sombras es incluso mejor que alguna entidad que esté relacionada con la ley y el orden. Tú sabrás, cuentas conmigo. — añadió al final, levantándose del sofá a la brevedad.

Así que al final le había llegado el boleto para trasladarse. Eso quería significar que le interesaba su trabajo. Suponía que seria una entrevista de trabajo y eso le ponía contento. Nunca había tenido una así que seria una experiencia interesante. Se preguntaba como debía actuar. Y mas importante, como se vestiría ? Su nuevo jefe le había indicado que había un estricto código de vestimenta pero no le había dicho cual. Era un traje negro? No estaba seguro. Le pregunto a sus adoradas mascotas pero estas parecían saber mucho menos de eso que el, así que quedaba la gran incógnita, que hacer ?

Decidió que debería cumplir las reglas de esa organización y debería ir de compras. Podía imaginar que tipo de organización era, por lo que buscaban. Nada legal, de seguro. Pero eso lo hacia mas divertido, las organizaciones legales tenían absurdas restricciones. Donde se compraban ese tipo de trajes ? comenzaría a averiguar.

Anduvo por su laboratorio acomodando las cosas cuando se dio cuenta de algo. No podía creer que tardo tanto en notarlo. Habia un problema mas importante, que hacia con sus mascotas? Margarita se deprimiría y  Albert se pondría muy mal también. La planta carnívora seria difícil que viajara en un avión pero quizás con el soborno correcto la salamandra viajara. Decidido entonces, su salamandra viajaría con el. Les dejaría la comida a sus otras mascotas y si al final lo terminaban de emplear regresaría por ellas, consiguiendo la manera de no separarse por mucho tiempo.

Los días pasaron lentos, y su emoción crecía. Hace mucho no se entusiasmaba por algo de esa manera.
Y finalmente llego el día. Se había vestido con sumo cuidado. Tenia un traje de dos piezas oscuro con una camisa blanca y una corbata que tenia un estampado de lagartijas. Y llevaba otro traje mas de repuesto. No estaba mal la doble o triple redundancia.Su querida salamandra había pasado por contrabando y estaba en su bolsillo, durmiendo cómodamente.

Pudo realizar todos los tramites sin mayores contratiempos aunque tuvo que sobornar al amable policía de la aduana por que salamandra lo había querido morder. Y entonces recordó que tenia una cita que cumplir y controlo el horario. Donde era que debía ir ? Saco su agenda y reviso las hojas, hasta que encontró donde se supone tenia que ir.

Reviso los mapas de la ciudad y al final encontró el lugar y se encamino hasta ahí cantando el himno de la alegría.  Cuando llego al lugar, ingreso y le menciono al maitre el nombre del contrario y que lo esperaban y le indicaron el camino.